La crisis no rebaja la fiebre de divorcios en Castilla

En la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza... pero nadio habló en el altar o ante el juez de paz de crisis. Y es que no todos los proverbios tienen por qué cumplirse. Por ejemplo, aquel viejo dicho que ya hizo suyo El Último de la Fila para poner título a su primer elepé -cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana- no se ha visto ratificado en las estadísticas sobre rupturas matrimoniales en Segovia, que en este campo social y demográfico nada a contracorriente.

Mientras la norma general en España marca que cada vez se firman menos quiebras conyugales, la provincia hace caso omiso a la tendencia y se destapa con un considerable repunte en la cantidad de divorcios tramitados en los últimos meses. Y todo esto con la que está cayendo, como se suele decir, porque escribir el epílogo a una relación cuesta su dinero; aunque conviene recordar que existe la posibilidad de acudir a la justicia gratuita, tal y como recuerdan los especialistas matrimonialistas.

Ese planteamiento económico pesa, sobre todo, a posteriori, una vez que la disolución de la convivencia no tiene marcha atrás, y no tanto a la hora de sufragar el proceso, explica la abogada Alicia Garzón. La crisis que sacude las cuentas familiares supone a veces un yugo más que obliga a las parejas a permenecer unidas ante la adversidad. La carestía retrae las rupturas, pero también puede ser el detonante, recuerda la letrada.

Si uno echa un vistazo a los datos del Consejo General del Poder Judicial, no sólo no se ha enfriado la fiebre, sino que los divorcios aumentan en la provincia. Son comparativas entre los tres primeros trimestres del 2006, 2007 y 2008.

Repunte

Si bien se observa un retroceso en las rupturas conyugales formalizadas a lo largo del 2007 con respecto al ejercicio anterior, cuando las disoluciones por la vía del divorcio se dispararon a causa de la legislación promovida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que habilitó el llamado 'divorcio exprés', en los nueve primeros meses del 2008 las quiebras matrimoniales en Segovia volvieron a subir hasta situarse en cotas más cercanas a la reciente eclosión divorcista desencadenada a raíz de la reforma legal.

Para empezar los divorcios siguen siendo la fórmula elegida por las parejas segovianas para firmar el punto y final a la relación frente a las separaciones. Y las rupturas amistosas ganan a las conflictiva. En los primeros nueve meses del año pasado se contabilizaron 196 divorcios, de ellos 115 de mutuo acuerdo, frente a 24 separaciones, de las que 15 fueron amistosas. Lo dicen los datos del CGPJ.

Cuando estos números se sobreponen a las estadísticas del mismo periodo temporal del 2007 se puede apreciar cómo en Segovia los procesos de divorcio aumentaron más del 10% en el 2008 -de 178 a 196 disoluciones de este tipo-. En cuanto a las separaciones, el incremento ha sido más notorio, con un 60% más en los tres primeros trimestres del 2008 con respecto al mismo plazo del 2007.

Como se ve, y al contrario de lo que dicen las estadísticas referidas al cojunto del territorio español, las rupturas matrimoniales pasan de la crisis en Segovia y las penurias económicas no han rebajado la fiebre divorcista desatada con la reforma legal del 2005.

Cotas de la reforma

De hecho, entre enero y septiembre del año pasado se formalizaron 220 disoluciones de matrimonios en Segovia (sumadas separaciones y divorcios), tres más incluso que en el mismo periodo de tiempo del 2006, ejercicio posterior a la puesta en marcha del divorcio exprés y que facilitó y favoreció los trámites para la certificación de la quiebra conyugal.

Los guarismos segovianos desmontan así la teoría que dice que la crisis está afectando a los procesos de divorcio porque disminuye el número de matrimonios que deciden hacer frente a los costes de la disolución. Y además, las cifras de la provincia dejan otra conclusión: igual que la crisis retrae de poner el punto final a la relación, también puede considerarse un motivo de la quiebra matrimonial, interpreta Garzón.

El Instituto de Política Familiar se muestra incluso resignado a que ni siquiera la adversidad económica haya logrado asentar hogares. Su presidente, Eduardo Hertfelder, lamenta que «las administraciones no pueden seguir indiferentes ante una problemática como es la estabilidad familiar, ya que además se están implementando medidas regresivas».

Fuente: nortecastilla.es